De vez en cuando en su carrera, este escritor tuvo que trabajar en uno u otro de los dos laboratorios nacionales en el área de Chicago. Esto implicó un viaje de tres horas. Una noche, tarde, regresando a casa, junto con un estudiante de posgrado y un científico asociado. Siendo un hombre bajo en el orden jerárquico, le correspondía conducir. A este escritor le encanta conducir, pero tiene un historial de quedarse dormido al volante. En varias ocasiones casi le ha costado la vida. Estando cansado, tarde en la noche, tuvo que encontrar una manera de mantenerse despierto. Entonces, le dijo al estudiante graduado sentado a su lado: "Dime Bill, ¿has visto algún OVNI últimamente?" Inmediatamente, un ladrido desde el asiento trasero dijo: "No hay OVNIs, si los hubiera, estarían en contacto con la intelectualidad". Por supuesto, se refería a personas como él. En cualquier caso, se produjo una animada conversación y no hubo peligro de quedarse dormido al volante durante el resto del viaje. Aprender sobre los OVNIs no era el propósito de atraerlos a la conversación. El propósito era permanecer despierto. Los OVNIs fueron una herramienta para cumplir ese propósito.

Esta no fue la única vez que este escritor usó OVNIs con algún fin extraño. A veces uno se encuentra con extraños, en circunstancias en las que sería ventajoso conocer su forma de pensar, para evitar conflictos, como una discusión religiosa. Al traer casualmente OVNIs a la conversación, uno puede obtener información importante al instante. Supongamos que la respuesta es “Son instrumentos del diablo”. A partir de esa respuesta, uno sabe de inmediato qué temas evitar para tener una conversación pacífica y positiva. Las respuestas no siempre son tan evidentes como en este ejemplo, pero los OVNIs son casi siempre un vehículo para el conocimiento útil.

En efecto, los OVNIs, siendo lo desconocidos que son, constituyen algo así como un vacío de conocimiento. A menudo, también introducen un vacío social o, mejor, un vacío psíquico. Como dijo Aristóteles, “la naturaleza aborrece el vacío”. Por lo tanto, el conocimiento, o lo que se supone que es conocimiento, fluye para llenar el vacío. La mayoría de los entornos sociales no están controlados, y la mayoría de las ofertas no se deliberan. En consecuencia, es probable que el contenido inconsciente e incontrolado llene el vacío. El científico asociado no se dio cuenta de que estaba exponiendo un sesgo inconsciente, elitista e intelectual. Pensó que simplemente estaba haciendo una declaración razonable, basada en hechos. Pensó que sabía algo que yo no sabía.

No tienen que ser los OVNIs los que producen un vacío psíquico. Cualquier incógnita que suscite interés puede utilizarse para este fin. Max Heindel tituló una de sus conferencias sobre el cristianismo rosacruz "¿Dónde están los muertos?" Esta fue una excelente elección para atraer a una audiencia porque, a excepción de unos pocos clarividentes entrenados, nadie sabe realmente dónde están los muertos, y casi todos están interesados o tienen una opinión sobre el tema.

No es el vacío lo que es importante, es lo que fluye hacia él. A través de un vacío bien diseñado, algo que previamente ha estado oculto, desconocido u oscurecido, puede salir a la luz.

No tiene que ser algo del inconsciente personal lo que llena el vacío. Podría muy bien ser información objetiva, hasta ahora desconocida, que se presenta científicamente. Una de las razones por las que los aspirantes espirituales purifican y vacían el inconsciente mediante la retrospección y otros ejercicios es para evitar la indagación corrupta.

El vacío no tiene por qué ser una pregunta. Max Heindel nos dio un excelente ejemplo. En un pasaje describe un ejercicio espiritual de imaginación. Describe la creación y el mantenimiento de una visualización imaginativa con la mayor claridad y el mayor tiempo posible. Cuando el aspirante ha creado y mantenido la imagen a satisfacción, la imagen se desvanece. Si el aspirante ha tenido éxito en la creación de una imagen distinta, el contenido del mundo del deseo se verá en el vacío creado al dejar caer la imagen.

No tiene que ser material de los mundos espirituales superiores que llene un vacío. La información y la experiencia del mundo material pueden ser la fuente. En el ámbito de la ciencia material, son las hipótesis las que forman el vacío que debe llenarse con información fáctica. Las hipótesis son preguntas sofisticadas basadas en experiencias previas. Son preguntas precisas. En esto, es importante que la forma de la pregunta, el vacío, determine el carácter y la calidad de la respuesta. El éxito de una investigación científica a menudo depende de la calidad de las preguntas formuladas. Algunos experimentos tienen más éxito que otros. Algunos investigadores están más en sintonía con la naturaleza que otros. Suelen tener más intuición.

La intuición es fundamental para todo esfuerzo humano con respecto a lo desconocido. No tienen que ser datos que llenen un vacío intencional. Puede ser intuición. La intuición es casi siempre una gran parte de una investigación exitosa. La intuición es enseñanza desde dentro, siendo el interior el espíritu trascendental. Nuestras preguntas más significativas son espirituales. Nuestras oraciones son preguntas, estamos pidiendo luz. Estas preguntas espirituales pueden ser, pero no tienen que ser, sofisticadas. Algunas de las mejores son simples. Su calidad y éxito se debe a su sinceridad e intensidad, no a su complejidad o elaboración. Cuando rezamos por algo, digamos la curación de un amigo, lo hacemos con toda la intensidad del corazón, y esto forma un vacío por excelencia, que se llena con una respuesta espiritual.

No tiene que ser una investigación científica, o una súplica divina, lo que crea un vacío para la intuición creativa. Bien podría ser el vacío de un lienzo en blanco, atrayendo a alguien con una paleta de colores llamativos y una imaginación creativa viva.

Las cuestiones elevadas, como los espacios o vacíos, no tienen que ser individuales para ser valiosas y útiles. Cuando Max Heindel buscó respuestas prácticas y espirituales para quienes sufren, lo hizo por el mundo, y no solo por una o dos personas. Las respuestas para él, eran respuestas a preguntas universales. Los conocemos como los misterios. Millones han sido atendidos y satisfechos por su búsqueda y sus preguntas. Incluso en sus grandes preguntas buscaba respuestas discretas, verificables y útiles. La portada de la primera edición de El Concepto Rosacruz del Cosmos contiene la siguiente línea: “Pruébalo todo—Pablo”.

No tiene que ser el vacío del cuestionamiento humano microcósmico lo que se llena. Toda la creación evolutiva, el macrocosmos en el que tenemos la bendición de participar, podría estar llenando el vacío de lo Desconocido en lo Absoluto. Sería entonces el “Eterno Femenino” de Goethe el que nos rechaza, como nos atrae.

¿Has visto algún OVNI últimamente?